viernes, 12 de agosto de 2016

El órgano, un instrumento milenario.

Origen.  
  'Organo' significa "instrumento" de su correspondiente palabra griega, y lo mismo que el latín organum. Musicalmente hablando, el término se refiere tan solo al insrumento que todos conocemos, protagonista durante los siglos de la música sagrada. Una definición sintética de este familiar instrumento puede ser la dada por uno de los mas grandes organistas de nuestro tiempo, Luis Fernando Tagliavini: el órgano es el instrumento musical en el cual los sonidos vienen producidos por tubos alimentados por aire que reciben de un juego de fuelles y regulados por medio de las teclas.

     El origen de este instrumento se pierde en la noche del tiempo. Se habla de una hydraulis griega u "órgano hidráulico" que habría sido inventado en el siglo III a. C. por Ctesibio de Alejandría. Tenemos el buen conocimiento de este antiquísimo instrumento gracias al descubrimiento de restos bien conservados y de terracotas con imágenes del mismo. Parece que durante todo un milenio el instrumento fue alimentado por la presión del agua; después con la presíón administrada directamente por el aire se habría definido una forma bastante más similar a la actual.
 
Miniatura del siglo IX que representa un órgano hidráulico accionado por cuatro hombres
     En Oriente el órgano conservó el carácter profano que había tenido desde su origen. En occidente la Iglesia lo convierte rápidamente en un instrumento litúrgico. Tenemos noticia de un órgano regalado por el emperador Constantino Coprónimo al rey de los francos, Pipino, para la iglesia de Compiègne. La evolución del órgano en Europa fue continua, en modos diversos según los diferentes lugares. Los italianos permanecieron fieles a un órgano de cuerpo único, actuado por un solo teclado y un único pedaliér.  En otros lugares, hasta el Cuatrocientos, el órgano asume dimensiones notables y está articulado en dos o más cuerpos. Al "gran órgano"se añadió a menudo un positivo respaldado mas pequeño. "Positivo" viene del verbo "posare", asentar (es decir, relativo a un instrumento que se podía cambiar de sitio) y "respaldado" por hallarse a la espalda del organista. El uso se difundió tanto por Alemania como por Francia y España. En otros países se construyeron también órganos con tres y cuatro cuerpos, coordinados todos en un conjunto imponente que dió pie a una arquitectura constructiva de excepcional complejidad. En Francia, en cambio, sin que se desdeñara la adición de un cuerpo, se prefirió, en general, enriquecer la posibilidad tímbrica y colorística del instrumento añadiendo nuevos teclados. En Italia el segundo cuerpo suele añadirse al órgano alrededor del siglo XVIII.

     En el siglo XVI se habían delineado ya, en sus elementos fundamentales, todas las características del órgano clásico y los dos teclados fueron de uso corriente. Se presume que los pedales aparecieron hacia finales del siglo XV.      

Interior de un órgano con 16 pies

 (fuente: La gran música)
    

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