Muchos investigadores creen que desde que el ser humano hizo su aparición en la tierra, ejecutó sus primeros cantos y danzas, principalmente para ceremonias rituales, y después les dieron otros usos. Muchas pinturas primitivas encontradas en cuevas dejan suponer que así fue. Esto quiere decir que el sonido y la música han estado siempre presentes en la vida del ser humano, pero no siempre pudo almacenar el sonido; para hacerlo, necesitaba aparatos de grabación y reproducción, y por supuesto, soportes dónde almacenarlo.
Para fabricarlos, tendría que haber conocido y estudiado el comportamiento de fenómenos naturales diversos, como la electricidad y el magnetismo. Fué en la segunda mitad del siglo XIX cuando se inventó el primer aparato para grabar sonido; a partir de ese suceso, se han creado muchos aparatos de grabación, almacenamiento y reproducción.